Cada temporada decembrina, el país se prepara para las festividades; sin embargo, para miles de familias en situación de vulnerabilidad, estos días representan un aumento significativo en la inseguridad alimentaria.
Este año, el encarecimiento de la canasta básica, la falta de empleo temporal y la disminución de ingresos han provocado que muchas comunidades rurales y periurbanas enfrenten dificultades para acceder a alimentos esenciales.
En diversas localidades, se ha registrado que los precios de productos como huevo, frijol, maíz y verduras aumentan entre un 10% y 20% durante diciembre, dificultando la compra de alimentos nutritivos. Esta situación impacta de manera más fuerte a niñas, niños, adultos mayores y madres solteras, quienes dependen en gran medida de programas de apoyo o ingresos temporales.
Además, el cierre de actividades escolares deja a miles de estudiantes sin acceso a los desayunos comunitarios o comedores escolares que aseguran una parte importante de su nutrición diaria. Esto agrava aún más la carencia alimentaria durante el fin de año.
Ante este panorama, PLES, a través de su Programa Alimentario, ha intensificado sus esfuerzos para:
- Entregar paquetes nutricionales en zonas de alta marginación.
- Capacitar a las familias en prácticas de alimentación saludable con productos locales.
- Realizar brigadas para identificar casos de riesgo nutricional.
- Asegurar acompañamiento comunitario para combatir la desnutrición estacional.
PLES reafirma su compromiso con el bienestar alimentario durante una temporada donde la desigualdad se vuelve más visible y urgente de atender.